Cap 9: La verdad.

1-Piel pálida y helada
2-Ojos que cambian de color
3-No come ni bebe nada
4-No sale a la luz del sol
5-Lee la mente
6-Muy veloz
7-Fuerza sobrenatural
8- No funcionan algunos hechizos con él
9-Gran sentido del olfato
10-"Dieta estricta"
11-Forma de hablar de otra época
12- Inmortalidad
13-Conduce como loco

Rae: Me da curiosidad la 5...
Yo: Afirma poder leer mentes. De esa forma supo donde me encontraba.
Rae: ¿Leyendo tu mente supo donde estabas?
Yo: No, dice que soy su única excepción a su poder. Estuvo "saltando" de pensamientos en pensamientos hasta dar con alguien que se hubiera fijado en mí.
Rae: Interesante... ¿Y la 8?
Yo: ¿Recuerdas cuando borraste la mente de todos los humanos debido al accidente de Tyler?
Rae: Sí...
Yo: No funcionó con él.
Rae: Realmente interesante... ¿Qué hay de la 12?
Yo: Jacob me dijo que él y su familia hicieron un trato con su bisabuelo... ¡Bisabuelo! Serían unos 40 años, ¿no? ¿Más?
Mi hermano no dijo nada durante unos minutos. Después hizo la pregunta que ambos teníamos en la cabeza.
Rae: ¿Lo vas a encarar?
Yo: ¿Tengo opción?
Rae: Depende de lo que decidas. Si decides contarle también nuestro secreto, yo te apoyaré.
Yo: Gracias, hermano.
Rae: Si necesitas que le dé una paliza por alguna razón, también te apoyaré.
Me alegraba mucho saber que aún en momentos de incertidumbre, Rae siempre lograría hacerme reír. Después de todo, era mi mejor amigo.

Al día siguiente en la escuela, la señora Goff estaba dando una aburridísima clase de español cuando tuve una visión. Antes de perderme en el trance, tuve la vaga impresión de que arrancaba una hoja de mi cuaderno y de que Rae se percataba de lo que estaba haciendo. Supuse que se las arreglaría para crear una distracción, pues mi don no suele pasar desapercibido, pero no supe cual fue hasta que todo acabó y contemplé mi trabajo. Frente a mi estaba un dibujo a bolígrafo de mi y Edward recostados sobre lo que parecía un campo de flores. Lo que desenfocaba la imagen era un resplandor que parecía salir de su rostro... ¿Era correcto o debería decidir no dibujar más con bolígrafo?

Estuvo actuando más normal este día. Sus ojos eran claros, siempre estaba de buen humor cuando era así. No me habló en clase de biología, pero pude sentir su mirada fija en mi rostro. Al salir de la escuela, esperé a que saliera. Se dirigía a su auto mientras miraba a mi furgoneta, de seguro me buscaba. Cuando me vio, una expresión de duda recorrió su rostro. Le hice señas para que me siguiera y fuimos a una parte espesa del bosque. Me aseguré de que nadie nos hubiera visto ni seguido; ahí le pude preguntar finalmente, aunque no planeaba ser muy directa.

Ed: ¿La pasaste bien con tus amigos en La Push?
Yo: Sí, bastante. Los Quileutes tienen muchas leyendas bastante interesantes.
Ed: ¿En serio?
Yo: Sí, un viejo amigo de la familia me habló sobre ellas. Se llama Jacob Black, pero en realidad no parecía creer una sola palabra de sus leyendas. Casi las despreciaba...
Ed: ¿Qué dijo Jacob?
Yo: ... Me contó varias historias...
Ed: ¿... Sí?
Yo: Sobre vampiros...
Me volteé para verlo a los ojos. Su rostro era inescrutable. Tenía la mandíbula tensa y los puños apretados; solo eso me dejaba ver sus verdaderas emociones.
Ed: ¿E inmediatamente pensaste en mi?
Yo: No. Unos chicos amigos de Jacob hicieron un comentario sobre tu familia. Dijeron que no iban a la Push, pero sonó como si tuviera otro significado. Por eso engañé a Jacob para que me contara la verdad.
Ed: ¿Lo engañaste? ¿Cómo?
Yo: Le coqueteé un poco...
Su risa me hizo temblar de pies a cabeza.
Ed: Pobre Jacob Black...
Yo: Entonces... ¿Es cierto?
Ed: La memoria de los Quileutes es muy longeva.
Tomé eso como un "sí". Sonreí complacida por comprobar mi hipótesis.
Ed: ¿No te da miedo?
Yo: Para nada...
Me tomó de la mano para que lo siguiera.
Yo: ¿A dónde vamos?
Ed: Necesitas ver qué aspecto tengo a la luz del sol.

Había leído sobre la velocidad inhumana, pero experimentarla fue algo diferente. Me llevó a la cima de la montaña, cargada en su espalda. Allí se desabrochó la parte de arriba de la camisa y se puso a la luz del sol. Su piel de mármol brillaba como si tuviera miles de diamantes incrustados. Me deslumbró por un minuto antes de romper el silencio.

Ed: Esto soy.
Yo: Lo desprecias, ¿verdad?
Su actitud ahora encajaba. Él odiaba lo que era, por eso esperaba que yo lo odiara también. Él afirmó con la cabeza, contestando a mi pregunta.
Yo: Sigues sin asustarme.
Quería mantener un tono de broma, para relajarlo. Se o veía tan nervioso.
Ed: Aún no lo has entendido, ¿no? Esta es la piel de un asesino. Soy un asesino.
Yo: No lo creo.
Ed: He matado gente en el pasado.
Yo: No me importa
Ed: También he querido matarte.
Yo: Lo suponía... Pero no eres malo.
Ed: ¿Cómo lo sabes?
Yo: Solo lo sé...
Ed: Entonces, ¿por qué no me haces la pregunta más importante? "¿Qué comemos?"
Yo: Oh... Esa.
Ed: Sí, "esa". ¿No quieres saber si bebo sangre?
Yo: Sería lo más lógico asumir eso, aunque aquí todo es tan diferente... Además, Jacob dijo que tu familia no era peligrosa (o se suponía que no lo era) porque no cazaban personas, solo animales.
Ed: Así es, pero tu me haces perder mucho mi compostura.
Yo: ¿A qué te refieres?
Ed: Nunca había deseado tanto la sangre de un humano en mi vida. Eres tú, es tu sangre, tú eres como mi propia marca de heroína.
Un vampiro que puede estar a la luz del sol es algo muy diferente a lo que sé de vampiros. Al menos el hecho de beber sangre lo hace más normal.
Yo: ¿En serio?
Ed: Sí, hueles muy apetecible, como a lavanda y a fresas con un delicioso toque a lluvia. Se me hace agua a la boca.
Yo: Pareces más humano de lo que deberías.
Ed: Sí, tal vez, pero yo fui diseñado para matar.
Yo: No es así. Tienes que alimentarte, es todo.
Ed: Pareces muy tranquila, ¿no te asusta el mundo de lo sobrenatural?
Yo: No, yo también pertenezco a él.
Ed: Sí, claro. Como si pudieras defenderte...
Por un segundo creí que había desaparecido, pero lo vi al lado de un árbol cercano meintras arrancaba una rama con su brazo.
Ed: Como si corrieras más rápido...
Su súper velocidad volvió a impresionarme cuando corrió hacia una roca y luego volvió en l que parecieron solo segundos. Después, en otros milisegundos estuvo de regreso frente a mí.
Ed: No quiero asustarte. Las últimas semanas he vivido luchando contra lo que soy porque... Porque no quiero hacerte daño. Jamás voy a permitirme lastimarte, Bella.
Me quedé sin palabras por un minuto. Podíamos coexistir sin miedo. No quería que sufriera. Debía decirle la verdad, de todos modos Rae me apoyaba en esta decisión.
Yo: No soy tan delicada como crees. Déjame enseñártelo.

Saqué mi varita de mi bota y apunté a la rama que había destruido.
Yo: ¡Raylovilux!
Los pedazos de madera que quedaban explotaron y formaron una capa de escarcha que cubrió las flores del prado para hacerlo ver aún más hermoso. Me quedé mirando su cara de asombro y confusión. Me respondió después de l que me pareció una eternidad.

Ed: ¿Eres alguna especie de bruja?
Yo: Algo así. Preferimos el término "hechiceros".
Ed: Tengo muchas preguntas.
Yo: No eres el único.
Ed: Siéntate. Este es el lugar al que vengo cuando quiero tener un poco de paz. Tú primero.
Mi revelación parecía haberle dado una vuelta de 180 grados a su humor.
Yo: Está bien, ¿por qué puedes leer mentes?
Ed: Algunos de mi especie tenemos poderes especiales, el mío es ese.
Yo: Y toda tu familia... ¿Lee la mente igual que tú?
Ed: No. Eso es solo mío, pero algunos miembros de mi familia tienen otros poderes especiales. Jasper puede influir en los sentimientos de las personas y Alice puede ver el futuro. Sin embargo sus visiones son subjetivas, es decir que el futuro puede cambiar.
Yo: ¿Es en serio? Te puedo asegurar que el futuro es muy exacto.
Ed: ¿Por qué lo dices?
Yo: Cada hechicero nace con un don que es independiente de sus poderes. El mío es poder dibujar el futuro y mis visiones siempre se cumplen.
Ed: Otra vidente igual que Alice... Fascinante.
Yo: Sí, pero mis visiones no cambian. Nunca he fallado. Cuando era muy pequeña, mi don se limitaba solo a dibujarlo. No podía tener una vida normal porque siempre necesitaba hoja y lápiz y pasaba horas dibujando un montón de posibles escenarios que no habían ocurrido aún. Hasta que un día conocí a otra vidente. Su don se parecía al mío en cuanto a que no podía despegarse de su trance. Ella veía el futuro y decía palabras al azar referentes a la visión, pero no recordaba nada cuando salía de su trance. Por eso aprendió a controlarlo, de modo que no la cegara y pudiera tener una vida normal. Ella fue mi tutora y aprendí ese autocontrol de ella. Solo cuando las visiones llegan de forma repentina o cuando es un acontecimiento muy importante es que no puedo controlar el trance y automáticamente necesito algo donde dibujar.
Ed: Increíble. Alice también ha aprendido a controlar sus visiones. A veces si se concentra mucho en algo puede obtener partes de futuro de lo que quiere. En general son referentes a las decisiones de una persona. Apuesto a que ella sabe que estamos aquí ahora porque yo decidí traerte aquí y ella puede ver eso tomando en referencia mi decisión
Yo: Las mías no cambian. Mis visiones son exactamente lo que va a pasar en el futuro. Apuesto a que si Alice tiene una visión y yo la toco a ella, puedo ver el resultado exacto de lo que ella está viendo. Así solía funcionar con mi tutora vidente.
Ed: Es una hipótesis interesante y necesaria de comprobar.
Yo: Mmm... ¿puedes verte en el espejo?
Ed: Sí.
Dijo disimulando una sonrisa.
Yo: ¿Sales en las fotos?
Ed: Sí.
Yo: ¿Los ajos y cebollas...?
Ed: No nos afectan.
Yo: Interesante, a ver... ¿Duermen en ataúdes?
Ed: No... No puedo dormir.
Yo: ¿Nunca?
Ed: Jamás.
Yo: ¿Y tus colmillos?
Ed: Solo los uso cuando cazo.
Yo: ¿Te conviertes en murciélago?
Su risa volvió a estremecer el ambiente.
Ed: ¡Cómo si no hubiera escuchado eso antes!
Yo: Bueno, los vampiros que conozco si se transforman en murciélagos.
Ed: ¿Conoces otros vampiros?
Yo: Sí, viven en Magestia; el lugar de donde vengo.
Ed: ¿Dónde queda eso?
Yo: En otra dimensión. Te llevaré alguna vez, si quieres.
Ed: Eso sería maravilloso, gracias por la invitación. ¿Es mi turno ahora?
Yo: Por ahora te puedo conceder el turno.
Ed: ¿Vuelas en escobas?
Yo: No, pero hay un hechizo para hacer levitar objetos inanimados.
Ed: ¿Te derrites con el agua?
Yo: No.
Ed: ¿Dejas huellas en la arena?
Yo: Había olvidado ese mito. Sí dejo huellas en la arena. No sé porqué alguna vez los humanos pensaron que no.
Ed: ¿Tienes un gato negro?
Yo: No, no soy fan de los gatos. Son capaces de sentir la magia, por eso siempre nos rehuyen.
Ed: ¿Qué le hiciste a la rama?
Yo: Solo fue un simple hechizo de ofensiva.
Ed: ¿Hay tipos de hechizos?
Yo: Sí, principalmente de ofensiva y defensa. Sin embargo, su clasificación es muy extensa.
Ed: ¿Cuántos hechizos hay?
Yo: Billones. Nos los inculcan desde pequeños. Un hechicero promedio conoce cerca de cien mil. Las estadísticas muestran que solo el 2% de los hechiceros maduros entre 55 y 60 años llegan a saber un millón de hechizos. Con una buena preparación, claro está.
Ed: ¿Y cuántos conoces tú?
Yo: 10.850 exactamente.
Me sentía realmente orgullosa de esa cifra.
Ed: Háblame del Magestia, ¿cómo es?
Yo: Bueno... Hay toda clase de criaturas mitológicas; criaturas que aquí son solo mitos: centauros, ninfas, dragones, duendes, ogros, etc... Mi madre, Reneé, vive allá.
Ed: Claro Phoenix era parte de la coartada.
Yo: Sí, pero ella tiene una casa allá porque creció ahí antes de casarse con Charlie.
Ed: ¿Cómo es tu casa en Magestia?
Yo: Se podría decir que es un poco grande. A Reneé le gustan las decoraciones con madera y con muchos colores. Está en la cima de una colina, en el bosque, en nuestra zona. Siempre era un lío por las mañanas para ir a la escuela, pero valía la pena solo con estar en Chevistown.
Ed: ¿Qué es eso?
Yo: Mi antigua escuela. Era asombrosa mi amada Chevistown...
Ed: Se nota que le tienes mucho cariño.
Yo: Sí... Imagínate el más grande castillo de todos con 12 torres y más de cinco mil habitaciones y aulas diferentes. Dragones en el campo de entrenamiento, krakens para prácticas de luchas submarinas, la clase de xenolingüística era mi favorita...
En realidad llevaba años sin cursarla, pero de vez en cuando la echaba de menos.
Ed: Suena impresionante.
Yo: Así es...

Me interrumpí cuando reconocí un patrón en los pétalos de las hojas que empezaban a moverse con la brisa. Poco a poco fueron tomando forma humana. Una sonrisa familiar iluminó su rostro floreado y dejó caer una carta frente a mí. Después se desvaneció, tan rápido como había aparecido.

Ed: ¿Qué fue eso?
Con toda esta plática casi había olvidado que esto le debe parecer muy extraño a Edward. A mí aún se me hacía raro pensar en un vampiro que fuera ajeno a las cosas que para mí eran tan naturales.
Yo: Era Giselle, una mensajera de Magestia. Disculpa la interrupción, puedes continuar.

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