Cap 1: La Llegada.

-Narra Bella:


Es abril, no es el mejor mes para mudarme, pero tengo que hacerlo. Mi hermano y yo vamos a viajar de nuestra casa de verano en Phoenix a Forks. Mi mamá y su nuevo esposo Phil se irán a Jackosville. Pasaremos un tiempo con nuestro padre Charlie, el jefe de policía Swan. Él es un ermitaño así que será como si estuviéramos solos. No me molesta estar sola... Aunque la mayoría del tiempo no lo estoy. Mi hermano gemelo, Rae, y yo somos muy unidos. Él tiene una personalidad totalmente diferente a la mía: le gustan las montañas, es introvertido, sociable, sonriente, siempre se mete en problemas y generalmente soy yo la que debe solucionarlos. Somos gemelos, pero cualquiera adivinaría que yo soy la mayor.

Nos fuimos de Phoenix y llegamos a Forks. Charlie no es precisamente el mejor anfitrión, pero es entendible. Apenas llegué me fui directo a mi viejo cuarto y Rae al suyo, que no habían cambiado mucho desde que vinimos por última vez hace ocho años más o menos. Lo que me gusta de Charlie es que me da mi espacio. Puedo desempacar la poca ropa que traje en paz. La coloqué ordenada y cuidadosamente en el diminuto armario de mi habitación. Aquí necesito no destacar mucho, por lo que traje la ropa que Reneé compra para mi, es decir la que generalmente no me gusta. Así no me tomarán en cuenta. Rae hizo todo lo contrario: se trajo lo mejor de su armario para poder destacar. Él es así, siempre quiere llamar la atención, aún cuando no debe hacerlo.

Estaba sentada en la cama, mirando la triste y pobre decoración que Charlie había escogido, cuando oí el claxón de una camioneta. Me acerqué para ver por la ventana y vi a Charlie con compañía. Bajé a ver, junto con Rae que había tenido la misma idea. Ahí estaba Charlie con un chico como de mi edad y otro hombre en silla de ruedas que extrañamente se me hacía familiar.

Charlie: ¡Bella! ¿Te acuerdas de Billy Black?
Yo: Si... Hola ¿como está?
Billy: Muy bien, Bella. Hola Rae. Hace años que no te veía ni a ti ni a tu hermano. Chicos, debo decirles que su padre no ha cerrado la boca desde que supo que venían. Teníamos que venir a verlos.
Charlie: Ajá, te romperé los pies... Ven aquí.
Billy: ¡No antes de que yo te pise los tobillos!
Y así empezaron a perseguirse ¿No se supone que los ¨niños¨ aquí somos Rae y yo?
Jake: Hola, soy Jacob.
Yo: Hola Jake.
Rae: Hola Jacob
Jake: Antes solíamos hacer pasteles de lodo, cuando éramos niños.
Yo: Si, me acuerdo.
Rae: Si, no me olvido de que después de hacerlos te los comías.
Jake puso mala cara.
Yo: No seas grosero, Rae... ¿Siempre son así?
Jake: Cada vez que se ven, empeoran con la edad.
Rae estalló en risas. A veces disfrutaba burlándose de nuestra madre con respecto a su edad. Era de imaginar que haría lo mismo con Charlie.
Hablamos un rato más hasta que Charlie y Billy terminaron su jueguito infantil y se nos unieron otra vez.
Charlie: ¿Te gusta tu regalo de bienvenida?
Yo: ¿Qué cosa?
Charlie: Esto.
Dijo dándole unas palmaditas a una vieja Pickup que teníamos al lado y que hasta entonces yo creía que era suya.
Yo: ¿Esto? ¿Es en serio?
La camioneta tenía pinta de que si la hacía llegar a los cien kilómetros por hora se despedazaría parte por parte.
Charlie: Si, ¿Te gusta?
Yo: ¡Es fantástico! ¡Gracias!
Dije con el mejor tono fingido de emoción que pude lograr.
Jake: Arreglé el motor para tí.
Yo: Así que tiene problemas con el motor...
Jake: Cualquier cosa la puedes llevar a mi taller.
Yo: Seguro.

Jacob, Rae y yo nos montamos en la pickup, pero logré escuchar a Charlie y a Billy.

Billy: Te dije que le gustaría, yo se cual es la onda.
Charlie: Si, confío plenamente en tus instintos para autos de moda.
Oír a Charlie siendo sarcástico era muy poco usual.

Jake: Bien... Tienes que girar la palanca de cambio dos veces, fuera de eso todo funciona.
Yo: Está bien, ¿te llevo a la escuela?
Jake: Voy a la escuela en mi reservación.
Yo: Ah... Lástima, me hubiera gustado tener un amigo.
Rae: ¿Por qué Charlie te hace este regalo a ti y a mi no me da nada?
Yo: Tienes que admitir que soy un poco más responsable que tu, hermanito.
Rae puso mala cara.

Mi familia tiene un secreto que no cualquier familia aquí tiene... Tenemos magia. Rae y yo somos hechiceros. Nacimos en el Reino Mágico (Nota de autora: para abreviarlo lo pondré como RM en algunas ocasiones), que está en otra dimensión paralela a esta. Charlie fue un hechicero hace mucho tiempo, pero ahora es un humano. Nuestra madre, Reneé, también es humana, pero ella nació así. Ellos no nos dejan usar magia en esta dimensión, pero tengo la sensación de que será algo inevitable.

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